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LECTURAS DE DOMINGO: “VEINTE CARTAS, INFINITAS HISTORIAS”
La escritora Soledad Vignolo nos cuenta detalles sobre un original concurso literario, la "Maratón Epistolar", una propuesta que invita a reconectar con la intimidad y la reflexión a través de la redacción de veinte cartas, desafiando la inmediatez digital y celebrando la creatividad. Por Pablo Rebolledo.

La escritora Soledad Vignolo nos cuenta detalles sobre un original concurso literario, la «Maratón Epistolar», una propuesta que invita a reconectar con la intimidad y la reflexión a través de la redacción de veinte cartas, desafiando la inmediatez digital y celebrando la creatividad.
¿De qué se trata esto la Maratón Epistolar?
S.V.:- Se trata de un concurso de escritura epistolar, un concurso maratónico, porque decimos que es maratónico porque corremos durante 20 días escribiendo, salvo los fines de semana. Se escriben 20 cartas seguidas, con 20 consignas distintas, es un concurso de escritura epistolar que pensamos con Agustina Caride. Ambas somos escritoras, partimos de un deseo de volver a las cartas, porque la carta es un documento, la carta es memoria, tiene olor, tiene tacto, tiene lágrimas, tiene manchas. La carta representa algo que ha acontecido, esto no sucede con el mail, que se puede borrar, se puede eliminar, va a un trash, a un basurero. La carta queda, la podés quemar. Todos hemos encontrado alguna vez, cuando vaciamos una casa familiar, de abuelos, de padres, de tíos, cartas, cartas que nos cuentan un momento histórico, la carta también es intimidad. Hay una frase de la escritora Katherine Mansfield, que fue el pie donde nos apoyamos para construir este proyecto de maratón epistolar, que dice: “esto no es una carta, son mis brazos rodeándote un momento” El objetivo de este concurso maratónico es conectar el país a través de la escritura epistolar y también del juego, porque es muy divertido. Las consignas son entretenidas y hacen que la gente tenga que ponerse a pensar todos los días en un disfraz distinto con el que va a escribir. Buscamos revalorizar este género que se estaba perdiendo por la tecnología, y que no queremos que así sea. Se trata de un género único, un género que tiene un capítulo, incuestionablemente, en la literatura tiene un capítulo, y que no tiene que perderse. En el año 2024 se inscribieron personas desde Salta, Río Gallegos, Mendoza, San Luis, Corrientes, Rosario, San Juan, San Martín de los Andes, La Pampa, de muchas ciudades de la provincia de Buenos Aires y de distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Y en este 2025 se triplicó el número de gente que se inscribió. Como la experiencia del año pasado fue tan interesante, se agregaron escritores amigos. Así que hubo consignas en las que estuvieron participando Mariano Quirós, Luis May e Inés Garland. A su vez, tres jóvenes bookstagrammers, @leetetutti, @porqueleerok y @bibliogigix, fueron las encargadas de preseleccionar a los finalistas. Hubo muchos jóvenes inscriptos para participar este año. Tuvimos un público muy diverso, lo cual también es muy interesante porque se produjo un entramado generacional. Porque hay chicos muy jóvenes que nunca habían recibido una carta por correo. Nosotras imprimimos y luego ensobramos las cartas que los maratonistas escriben, y aleatoriamente se envían a otros maratonistas. Entonces vos recibís lo que escribió otro maratonista con la consigna que vos fuiste escribiendo. A veces esas cartas tardan un poquito más en llegar, y los maratonistas se ponen un poco ansiosos vivimos lo mismo que en una maratón. En esta competencia no ganan personas, ganan cartas. Entonces puede haber un maratonista que ganó con más de una carta, porque escribió bien más de una carta. Para la gente que no es escritora, no se premia la calidad literaria, se premia la originalidad, el respeto a la consigna. No es necesario ser escritor para participar de la Maratón Epistolar.
¿Qué anécdota podrías compartir respecto de este proyecto?
S.V.:- Un participante que es de San Martín de los Andes nos contaba que para su hijo fue maravilloso ir a buscar las cartas al buzón porque, como viven en la montaña, iban al buzón a buscar la carta. Se afligió cuando terminó la maratón en 2024, entonces el padre se autoescribió cartas todo el verano para que su hijo siguiera yendo a buscarlas. Una historia de amor, un libro, una novela escrita en el aire. Eso generan los buenos proyectos culturales.
Una experiencia maravillosa, un proyecto cultural se gesta y en ese momento inicial es difícil dimensionar hasta dónde llega.
S.V.:- Efectivamente. No podemos dimensionar el alcance. Una madre que tuvo a su hija internada en coma escribió las cartas en la espera de esa terapia intensiva. Para ella fue una compañía y logró superar esa instancia de otra manera. En el mes de noviembre, las 100 cartas finalistas y las 42 ganadoras quedarán registradas en la publicación de una antología. Todo eso con la inscripción muy barata y muy básica, porque la idea es que todo el mundo pueda participar.
En los tiempos que vivimos supone además un lindo compromiso. Cuando uno se anota en la Maratón sabe que durante un mes va a tener esta dinámica de escritura de cartas. De lunes a viernes y pero de lunes a viernes obviamente suceden cosas…
SV:- Por supuesto. Y me parece que esto le agrega un atractivo a la propuesta. El compromiso es de ambos lados, porque nos pasan cosas a nosotras también. Y, sin embargo, estamos hasta las dos de la madrugada, nos vamos repartiendo los horarios, contestando todos los mails. Y habla también de que todavía somos capaces de ese compromiso. Porque en estos dos años lo sentimos así. También nos modificó a nosotros la Maratón Epistolar.
Y hasta te diría que, si bien ya éramos amigas con Agustina (Caride), esta maratón profundizó mucho nuestra amistad. Porque a través de las cartas de los maratonistas, nos fuimos reconociendo y al final nos reíamos de que elegíamos las mismas. O sea, el año pasado casi no discutimos las ganadoras. Porque a pesar de que había muchas muy buenas, teníamos como una inclinación hacia darle valor a las cuestiones profundas, a la ética, a la seriedad, al compromiso en escribir todas las cartas. Porque tiene peso no dejar de escribir. Aunque no vas a quedar fuera, porque un día no puedas participar, si estás en igual condición con alguien que no faltó un día, el que no faltó un día tiene mayor peso. Porque eso en definitiva es una maratón.
¿Crees que la escritura de las cartas puede terminar representando una catarsis en algún momento?
S.V.:- Si. Porque más allá de que hay una consigna diaria, de lunes a viernes, esa posibilidad de estar frente a la hoja en blanco nos da también una posibilidad de expresar lo que nos pasa justo ese día. La mayoría de los participantes nos ha comentado que espera a que termine el día y en ese momento escribe. Hay otros que llegan antes al trabajo para escribir las cartas. Es increíble ver la gran variedad de textos con una misma consigna. Ahí vemos cómo los participantes le ponen un valor agregado a la consigna que nosotras elegimos. Y para seleccionar las 20 consignas, yo creo que escribimos unas 150. Después vamos eligiendo, vamos haciendo una selección. Estoy en condiciones de confirmarte tendremos Maratón 2026, va a realizarse en el mes de junio, se van a poder escribir durante todo mayo.
Imagino que dentro de ese volumen de producciones es posible encontrar escritos muy originales.
S.V.:- Este año una de las consignas era escribirle a las mujeres que forman el equipo de rugby “Espartanas” del Penal de San Martín. Los participantes le escribieron a estas mujeres privadas de su libertad. Las espartanas estaban fascinadas, leyeron miles de veces las cartas, contestaron todas las que pudieron, fue muy importante para ellas y además no podíamos creer nosotros la creatividad a la hora de escribir. Una persona, por ejemplo, escribió una carta con forma de un casco espartano. Al estilo de Oliverio Girondo. Una maravilla. Y después hay otra carta, que a mí me gustó mucho, que es una frase muy breve de San Agustín que habla sobre la posibilidad de errar, de equivocarnos, y está en latín. Me gustó porque no hay subestimación en esa carta. No por estar presa no vas a poder leer San Agustín ni entender latín. Y si no podés, búscalo y enterate. Y después hay cartas muy interesantes de gente que ha estado presa y que ahora está escribiendo en la Maratón. Nos han sorprendido desde muchos costados. Todo el tiempo nos sorprenden y por eso nos emociona tanto este proyecto.
Participar en la «Maratón Epistolar» trasciende la mera redacción de veinte cartas; es una inmersión profunda en el arte de la comunicación. Al animarse a redactar, a crear, a jugar con las palabras y las consignas propuestas, los participantes abren puertas internas que a menudo permanecen cerradas en el ajetreo cotidiano. Este desafío literario se convierte en un espejo donde se reflejan emociones, recuerdos y anhelos, invitando a una reflexión genuina y a la expresión de la propia voz. Sin lugar a dudas, la disciplina de escribir regularmente fortalece la concentración y la paciencia, habilidades valiosas en cualquier ámbito de la vida. Más allá de la técnica, cada carta es un acto de valentía, un paso hacia la vulnerabilidad y la conexión con uno mismo. En la pausa reflexiva de la escritura, reside una fuente inagotable de creatividad y un profundo sentido de bienestar. La propuesta es simple, jugar, crear y escribir. La recompensa está en el trayecto recorrido, en la perseverancia y en la alegría de haber creado algo único y personal.