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ANA LAURA ROLDOS, LA ENFERMERA QUE ENFRENTA LAS SECUELAS DEL COVID Y LUCHA POR SOBREVIVIR

Expuesta en la primera línea durante la pandemia, la licenciada en enfermería de Sierra Grande padece múltiples enfermedades desencadenadas tras contagiarse dos veces de COVID-19. Sin cobertura plena y con graves dificultades económicas, hoy necesita ayuda para costear sus tratamientos.

Sierra Grande | Ana Laura Roldós, licenciada en enfermería del Hospital Dr. Osvaldo Pablo Bianchi, relató en diálogo con Radio Libre el complejo panorama que atraviesa tras haber trabajado en la primera línea durante la pandemia de COVID-19. Dos contagios en el hospital marcaron el inicio de un calvario de diagnósticos médicos, dolores permanentes y una dura batalla para sostener sus tratamientos.

“Hay días mejores que otros, pero el dolor es insoportable muchas veces. Estoy con un equipo multidisciplinario en Buenos Aires y cuidados paliativos, porque mi organismo ya no responde como antes”, expresó Roldós.

La profesional de 38 años fue diagnosticada con artritis reumatoide seropositiva, una enfermedad rara y difícil de tratar, además de fibromialgia, polimiositis, atrofia cutánea por uso prolongado de corticoides, insuficiencia hepática y recientemente edema óseo con desviación en la rodilla derecha, lo que le impide movilizarse sin asistencia.

“Yo amo lo que hago, siempre tengo ganas de volver a trabajar, pero no puedo ingresar al hospital porque mi sistema inmunitario está destruido”, confesó.

El origen de la enfermedad

Roldós recordó que, a pesar de ser paciente de riesgo, debió ingresar al pabellón COVID cuando recién comenzaba a trabajar. “No podía reclamar, era nueva, y terminé contagiándome. La primera vez pude denunciar por ART, pero la segunda, en plena segunda ola, no me hicieron los estudios y no me dieron los formularios. Ahí comenzó todo”, relató.

Médicos especialistas le explicaron que las infecciones graves como el COVID-19 pueden despertar patologías autoinmunes latentes, lo que en su caso derivó en el cuadro crónico que hoy enfrenta.

Lucha contra el sistema y la economía

Actualmente, Roldós ya no está cubierta por la Ley 5059, que otorgaba respaldo a trabajadores de salud afectados por el virus durante un año. Hoy solo cuenta con su obra social, con la que debe litigar constantemente para obtener derivaciones, viajes sanitarios y medicamentos.

“Pido móviles sanitarios porque no puedo subir a un colectivo, pero me los niegan porque aparece que tengo un auto viejo a mi nombre, aunque está roto y sin neumáticos. Tengo que hacer notas, ir a mediación, pelear todo”, explicó.

La situación económica agrava el panorama. Ana Laura necesita reunir 800.000 pesos para una cirugía en la rodilla que no está cubierta por la obra social, además de afrontar viajes a Buenos Aires, consultas psiquiátricas y gastos básicos.

“Más allá de que te cubran un turno o el alojamiento, uno también tiene que comer. Por eso hago sorteos pequeños para ir juntando de a poco. A veces la gente me juzga por eso, pero mi hija también necesita alimentarse”, dijo con crudeza.

El reconocimiento que no llegó

Durante la pandemia, Ana Laura estuvo en la primera línea sin contar con la protección adecuada, una realidad que compartieron miles de trabajadores de la salud en el país. “Nos llamaban esenciales, pero quedamos con las consecuencias. Yo sigo peleando para sobrevivir”, afirmó.

Quienes deseen colaborar con Ana Laura pueden hacerlo a través de sus redes sociales, especialmente en Facebook (Ana Laura), donde publica los sorteos solidarios, alias de cuenta y planillas de recaudación. Su alias es: analauraroldos.mp

“Lo único que quiero es estabilidad y calidad de vida. No pido lujos, solo poder seguir adelante con mi hija”, concluyó.

Fuente: Radio Libre | En este día

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