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RICARDO PEREYRA SE DESPIDE TRAS 40 AÑOS EN PARQUES NACIONALES

Ricardo Pereyra, intendente del Parque Nacional Islote Lobos.

Ricardo Pereyra, intendente del Parque Nacional Islote Lobos.

Sierra Grande | Después de cuatro décadas de servicio en la Administración de Parques Nacionales, Ricardo Pereyra inició su retiro. Tras 40 años de trabajo en áreas protegidas de todo el país y cinco años dedicados a la creación y consolidación del Parque Nacional Islote Lobos, el intendente cierra su carrera profesional con una fuerte impronta local y un profundo reconocimiento comunitario.

Para mí fue un privilegio, un premio después de tantos años”, afirmó al recordar el proceso que lo llevó a ser el primer intendente de un parque que vio nacer desde su gestación legislativa hasta su puesta en funcionamiento.

Pereyra destacó la labor conjunta de actores nacionales, provinciales y municipales, que permitió transformar un parque provincial en un área protegida de relevancia internacional. “Somos parte de un territorio más grande y de un equipo muy grande de gente que lo lleva adelante”, subrayó.

El recorrido para consolidar un nuevo parque nacional

El trabajo en Islote Lobos comenzó desde cero. Pereyra encabezó la elaboración de los borradores legislativos que luego fueron debatidos y aprobados por legisladores provinciales y nacionales, un paso esencial para la cesión y aceptación del territorio.

Con la declaración formal del Parque Nacional, el equipo avanzó en el armado territorial: incorporación de guardaparques, contratación de personal local, delimitación del área protegida, acuerdos con propietarios de caminos, acceso por agua, redes de comunicación y planificación de infraestructura.

El último tramo de gestión se centró en el turismo. “Ya tenemos dos prestadores habilitados y un tercero en trámite”, señaló. Caminatas interpretativas, excursiones en kayak por el Arroyo Salado y navegaciones hacia los islotes —con avistaje de ballenas, delfines, orcas, aves y lobos marinos— conforman hoy una oferta creciente que posiciona a Playa Dorada como puerta de ingreso al parque.

La importancia de un turismo responsable

Pereyra remarcó que cada servicio turístico habilitado requiere estudios de impacto ambiental, protocolos de seguridad y coordinación con la Prefectura Naval. “Puede ser un proceso tedioso, pero garantiza la seguridad ambiental y de los visitantes”, afirmó.

El parque trabaja estrechamente con la Secretaría de Turismo de Sierra Grande, que centraliza la información para visitantes, mientras los guardaparques mantienen presencia permanente tanto en Playa Dorada como en la desembocadura del Arroyo Salado.

Un proyecto educativo que trascendió fronteras

Entre los logros más celebrados de la gestión, Pereyra destacó el proyecto “Guardianes del Mar”, desarrollado junto a la Escuela 360 de Playas Doradas.

Nacido como una serie de charlas y caminatas, el programa se transformó en un proyecto integral que involucra a toda la institución. Todas las materias —desde Matemática hasta Educación Física y Lengua— incorporaron temáticas vinculadas al ambiente local y al Parque Nacional Islote Lobos.

Nos superó. No somos especialistas en educación, pero la escuela lo convirtió en un proyecto total”, expresó.

El proyecto obtuvo reconocimiento provincial y alcanzó un hito inesperado: la escuela fue seleccionada entre 15 de todo el mundo para interactuar directamente con los científicos que participaron de la expedición con robot submarino en la fosa de Mar del Plata.

Imaginate el orgullo”, dijo Pereyra, subrayando la dimensión que adquirió el vínculo entre la comunidad educativa y la conservación.

Un cierre de etapa lleno de emociones

El intendente reconoció que las últimas semanas estuvieron marcadas por despedidas y homenajes, entre ellos el reconocimiento del Concejo Deliberante. “Fue un sube y baja de emociones. No tengo palabras para agradecer el cariño de la comunidad”, aseguró.

Junto a su esposa —también trabajadora de Parques Nacionales— se trasladará nuevamente a su Bariloche natal para iniciar una nueva etapa de vida. “Volvemos a las montañas, a nuestra tierra”, expresó.

Un legado que queda en la comunidad

La labor de Ricardo Pereyra fue clave para convertir Islote Lobos en un parque nacional activo, accesible y con proyección turística y educativa. Su trabajo articulado con instituciones locales, especialmente la Escuela 360, quedó como uno de los pilares de su gestión.

La comunidad de Sierra Grande y Playas Doradas reconoce en su figura a un impulsor de la conservación, del desarrollo responsable y de una mirada profunda sobre el mar y sus ecosistemas.

Fuente: En este día | Radio Libre.

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