Sierra Grande | La escuelita de fútbol infantil “Pititas”, nacida en plena pandemia y con un crecimiento sostenido desde entonces, concretó una importante recaudación de fondos gracias al compromiso de sus entrenadores, familias y comunidad. El objetivo: que cada niño tenga su indumentaria completa y adecuada para entrenar y competir, sin que ninguno quede excluido por razones económicas.
“Empezamos con 17 chicos y hoy tenemos categorías compitiendo en la liga de Río Negro, además de los más chiquitos en la etapa formativa. Esto creció muchísimo y eso nos obliga a redoblar esfuerzos para que todos tengan su campera, su camiseta, su bolsito, lo que los identifica como parte de Pititas”, destacó Osvaldo Hole, entrenador y formador de los más pequeños.
Actualmente, la escuela cuenta con más de 30 niños distribuidos en al menos cuatro categorías, desde los pulguitas hasta equipos que participan de torneos oficiales. Además del entrenamiento, cada jornada incluye una merienda para los chicos, sostenida con amor y constancia por madres que desde 2020 impulsan la iniciativa.
Una de esas mamás es Luciana, quien acompaña a la categoría 2015-2016 y fue parte activa de la organización de la rifa más reciente. “Queríamos que todos los nenes tengan sus camperas de abrigo, sobre todo ahora con el frío y los viajes. En Valcheta, por ejemplo, hacía muchísimo frío y algunos nenes no tenían. Eso nos motivó”, explicó.
La rifa, pensada estratégicamente para el Día del Padre, incluyó siete premios con temáticas gastronómicas: desde picadas hasta combos de asado, bebidas e incluso helado. “Nos costó, pero logramos el objetivo. Nos ayudaron muchas familias, comercios, y vecinos solidarios. Logramos completar el dinero en junio y ya estamos haciendo el pago para que los nenes reciban sus camperas”, agregó Luciana.
Para Hole, el valor de este sorteo va mucho más allá de la ropa. “La indumentaria iguala. Los nenes se sienten parte de un equipo, todos iguales, con su bolsito, su campera, su camiseta. Se refuerza la idea de unión y pertenencia. Y eso para nosotros, que venimos formando desde lo humano, es fundamental”.
La escuelita Pititas sigue creciendo, con una base sólida de valores y el trabajo comunitario como bandera. “Esto es un disfrute diario —cerró Osvaldo—. Cada día de entrenamiento es una alegría. Cuesta, claro que cuesta, pero ver a los chicos felices, identificados con su club, no tiene precio”, remarcó.
Fuente: Radio Libre | En este día.